Las huellas, indicadores ambientales.

Archive: First Footprint on the Moon (NASA, Marshall, 07/69)

Escuchamos noticias sobre huella ecológica, huella ambiental, huella de carbono, huella hídrica y, quizá, no tengamos muy claro que significan y para que sirven.

Todas ellas son indicadores ambientales y, como tales, nos aportan información sobre la evolución de los impactos que causamos con nuestras actividades. Existen otros como: índice de desarrollo humano (IDH), índice de bienestar económico sostenible (IBES), índice de desempeño ambiental (EPI), índice de sostenibilidad ambiental (ISA), índice global de economía verde (GGEI), que darán lugar a otro post en el futuro.

Demos un repaso a estas cuatro para entender mejor la información que nos llega.

Huella ecológica.

Este indicador evalúa el impacto que genera la demanda de recursos para el desarrollo de las actividades del hombre. Se relaciona con la capacidad que tiene nuestro planeta para satisfacer estos recursos, es decir, de regenerar aquellas materias primas que empleamos. Expresa la cantidad de terreno biológicamente productivo que se necesita por persona para producir los recursos necesarios para mantener su estilo de vida y, por ello, se mide, en hectáreas (ha) por habitante.

La huella ecológica mundial, en la actualidad, ronda las 2,2 hectáreas por habitante, lo que supone una clara sobreexplotación, ya que debería rondar 1,8 hectáreas por habitante. Por ejemplo:

  • Estados unidos, 8,2 ha por habitante.
  • Australia, 9,3 ha por habitante
  • España, 3,7 ha por habitante
  • Colombia, 1,9 ha por habitante
  • Angola, 0,9 ha por habitante

Huella de carbono.

Mide la cantidad de gases de efecto invernadero que emitimos en nuestras actividades, ya sean personales, empresariales o institucionales.

Para su medición se establecen tres categorías:

  • Alcance 1: comprende las emisiones directas procedentes de las actividades que la organización
  • controla.
  • Alcance 2: se incluyen las emisiones indirectas indirectas que generan las centrales de producción de electricidad como consecuencia del propio consumo en nuestras instalaciones.
  • Alcance 3: se consideran el resto de emisiones que son consecuencia de las actividades que ocurren en fuentes que no son de nuestra propiedad, ni están controladas por nosotros.

Huella hídrica.

Esta huella cuantifica el uso del agua en nuestras actividades. Hay tres tipos:

  • Huella hídrica azul: para su cálculo se considera el agua que se obtiene de los cuerpos de agua subterráneos o superficiales.
  • Huella hídrica verde: evalúa el consumo de agua que procede de la lluvia y queda almacenada en el suelo si convertirse en escorrentía, esta puede usarse en la producción de algún producto.
  • Huella hídrica gris: cuantifica el agua que está contaminada después de haber sido usada, un ejemplo sería las aguas residuales.
image 2

Huella ambiental.

La huella ambiental es el análisis de potenciales impactos ambientales que se generan directa o indirectamente a lo largo del ciclo de vida de un producto o organización. En ella se analizan catorce tipos de impactos ambientales, a saber:

  • Cambio climático 
  • Destrucción de la capa de ozono 
  • Toxicidad humana con efectos cancerígenos 
  • Toxicidad humana sin efectos cancerígenos 
  • Partículas y aspectos respiratorios 
  • Radiación ionizante 
  • Formación de ozono fotoquímico 
  • Acidificación 
  • Eutrofización terrestre 
  • Eutrofización acuática 
  • Ecotoxicidad en medio acuático 
  • Uso del suelo 
  • Consumo de recursos – agua 
  • Consumo de recursos – minerales y combustibles fósiles. 

No se trata de un indicador, sino de un análisis muy similar al análisis del ciclo de vida, pero establecido por la unión europea y que fusiona las diferentes metodologías existentes.

Hay dos tipos: huella ambiental de producto y huella ambiental de la organización.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.